5G, CORONAVIRUS Y DESINFORMACIÓN
Estimados amigos, debido a la coyuntura actual, sobre el tema de las antenas 5G, queremos compartir con ustedes un articulo publicado por el Ingeniero Giancarlo Ochoa Guevara al respecto. Fuente: Giancarlo Ochoa Guevara - LinkedIn
En estos tiempos de pandemia, la principal consigna de la especie humana debe ser el buscar la forma de evitar seguir sufriendo los estragos de esta y en efecto, muchas potencias van en ese camino, en busca de la vacuna que nos pueda dar tranquilidad y que quizá nos haga volver a nuestro anterior estilo de vida. Debiese ser esa nuestra única preocupación, pero sucede que esta pandemia ha coincidido con la aplicación de un desarrollo tecnológico importante en el campo de las telecomunicaciones: la implementación de la red 5G.
Que una nueva forma de comunicarnos por medio de una red que nos facilita el manejo de una mayor cantidad de datos a mayor velocidad no debería suponer un problema, quizá en un escenario de normalidad (por llamarlo de alguna manera) la implementación de estas redes hubiese pasado desapercibida, como sucedió con el salto al 3G, la actual 4G y su mejora 4.5G, pero en estos tiempos de pandemia, el camino hacia el 5G se ha encontrado con una barrera "conspiranóica", una cuya base aduce que la implementación de esta nueva red de telecomunicaciones favorece a la propagación del SARS-COV-2 argumentando que las ondas de frecuencia de esta red amplian el virus, otros indican de que esta nueva red nos tendrá inmersos en una base de datos global mediante la cual ejercerán control sobre el manejo de nuestra información y la de toda la sociedad; lo que llama la atención de esto, es que muchas de las posturas que se han generado alrededor de estos temas han sido enunciadas por supuestos estudios científicos y algunos representantes de grupos de poder, el mensaje transmitido ha llegado a la gente y ha hecho que se convierta en un frente combativo que ha empezado su accionar a modo de una cacería de brujas medieval, solo que esta vez no son mujeres inocentes a quienes se les va a quemar en la hoguera, si no, antenas de telecomunicaciones (que ni siquiera son 5G) en cuya estructura se encuentran todos los elementos que hacen posible nuestra actual forma de comunicarnos.
Es importante tratar este tema con mucho cuidado, ya que emitir información de modo técnico al respecto suele generar más dudas que certezas en las personas que no están familiarizadas con este tipo de información: Redes de comunicaciones, espectro electromagnético, radiación, potencia y longitud de onda, son términos frecuentes en este tema, que, si no se tiene una noción clara de ellos, es difícil emitir una opinión con criterio, ocasionando toda esta desinformación masiva que incita a la gente a cometer acciones como las de quemar antenas existentes. Por ello, se va a responder a tres preguntas claves que nos ayudarán a entender y tener una mejor noción de esto, a sacar nuestras propias conclusiones y sobre todo a no esparcir ni caer en la desinformación.
Primero: ¿Existen redes 5G en Perú y qué son esas antenas camufladas como árboles que se ven en muchas partes de la ciudad de Lima?
No, en nuestro país no tenemos implementada una red 5G y a la fecha son solo 19 países en el mundo los que cuentan con esta nueva red de telecomunicaciones, siendo el primero en implementarlo Corea del Sur en abril del 2019. Otra cosa, implementar una red de telecomunicaciones nueva como el 5G no supone ningún hecho que deba ser ocultado a la población, no es parte de un plan malvado de engaño pues se estima que Perú podría contar con tecnología 5G a finales del año 2020 (esceneario estimado antes de la pandemia por el COVID-19) para ello, la canalización de las bandas respectivas para que esta red funcione, serán sometidas a concurso público para la correcta implementación de infraestructura, entonces ¿Qué son esas antenas camufladas como árboles, nos ocultan algo?
La respuesta es que NO SON ANTENAS 5G. La proliferación de estas responde al plan del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) de mejorar la infraestructura de la red de telecomunicaciones, 15 mil antenas al 2021 con una inversión de 3 mil millones de dólares. ¿Pero por qué se camuflan? en realidad, esto responde a una disposición particular del MTC en la búsqueda de reducir el impacto paisajístico con la instalación de la nueva infraestructura, como se indica en la imagen adjunta.
Podemos concluir que una infraestructura deficiente, es decir una falta de antenas, implica un mal servicio en cuanto a la cobertura de la red de telecomunicaciones y debido a la actual demanda de itinerancia de datos por el escenario global en que nos encontramos, es importante implementar estas mejoras para que la mayoría de personas que hacen uso de estos servicios puedan realizar sus actividades de manera adecuada, oponerse significa no tener una buena cobertura, por lo tanto tendremos un internet más lento, una foto o video que no termine de subirse a tu red social favorita o un videojuego en línea con lag.
Segundo: ¿Qué es el espectro electromagnético y que incidencia tiene sobre nuestra salud?
Definamos al espectro electromagnético como una regla escalada en donde se califican todas las señales de radiación conocidas, esta calificación se realiza en un orden que depende del nivel de frecuencia y de la longitud de onda de las señales ya que son estos factores los que determinan los efectos en las células de los cuerpos a los que son expuestos. Así, como se observa en la imagen, la radiación solar (luz visible) divide a nuestra regla en 2 partes: La que corresponde a las "radiaciones ionizantes" y la de las "radiaciones no ionizantes".
Las radiaciones ionizantes (frecuencia alta y longitud de onda más corta que la luz visible) emiten energía suficiente para romper las uniones químicas y las radiaciones no ionizantes (con frecuencias bajas y longitud de onda más larga que la luz visible) no tienen nunca la suficiente energía como para romper las uniones químicas.
Según nuestra regla, la radiofrecuencia se encuentra dentro del espectro de las radiaciones NO IONOZANTES, es decir que las señales emitidas por antenas de telefonía y radio AM y FM no producen efectos adversos a la salud en el corto y mediano plazo, ya que la potencia con la que son producidas estas señales no es capaz de generar cambios en los encales químicos y mucho menos es capaz de amplificar un virus.
Se hace mención al tiempo de corto y mediano plazo en cuanto a los efectos de la salud, puesto que es verdad que los efectos de las radiaciones conocidos han sido producto de observaciones y diversos estudios cuyos factores determinantes han sido la potencia con la que se emite una señal y el tiempo de exposición de los cuerpos a estas. Es decir, una persona está más propensa a desarrollar un tipo de cáncer si se le expone a más de cinco minutos de radiación de Rayos X, pero no va a pasar nada si se expone por segundos una vez cada tres años a la misma radiación para efectos de una radiografía, por ejemplo.
Con esto, se concluye que los efectos en la salud que puedan acarrear los distintos tipos de radiación se irán conociendo con el paso del tiempo, decir que una antena de telecomunicaciones es dañina equivale a tener un estudio que cuente con resultados de un determinado número de personas que hayan sido sometidos a este tipo de radiación por mucho tiempo, teniendo en cuenta factores como la alimentación y la genética individual en el desarrollo de enfermedades producto de esta exposición. Hablar de nuevas redes de comunicaciones y sus efectos sobre la salud, supone hablar de nuevos estudios, de nuevas muestras, de un nuevo espectro que analizar (ya que se utilizan bandas de mayor frecuencia 3.5GHz para el 5G, por ejemplo); estos estudios existen, pero los resultados aún no son concretos, por los factores mencionados anteriormente, con lo cual, no existe una relación entre el 5G y los efectos en la salud.
Entonces ¿Poqué hay estudios científicos que nos dicen que una red 5G es dañina para la salud ? ¿Son ciertos?
Primero, es un error argumentar que nuestra posición es cierta solo por el hecho de que exista una nota o artículo publicado por alguna revista reconocida de ciencias al respecto y esto es por el propio funcionamiento del sistema que rige este tipo de publicaciones, es un sistema libre y existen múltiples revistas científicas acreditadas que publican estudios de este tipo sin carácter definitivo, es decir, se publican estudios y resultados de observaciones o experimentos de algún fenómeno en particular, no con el fin de desinformar, si no con la finalidad de incentivar a nuevos métodos, replicar resultados (mismos o diferentes) o en su defecto una desestimación por parte de la comunidad científica.
Los artículos existentes sobre el 5G y sus efectos adversos en la salud existen y no son recientes, puesto que este tipo de redes vienen funcionando en un modo piloto o de prueba en muchos países. ¿Son ciertos? no lo sabemos, puesto que son estudios de carácter no definitivo, por lo que no suponen un cambio en la interpretación y composición del espectro electromagnético.
Viéndolo así, no hay razón lógica para ir en una cacería de brujas contra las antenas instaladas y por instalarse ya que la única información cierta a estas alturas es que las señales de radiofrecuencia (AM, FM, 2G, 3G, 4G, 5G) no tienen la potencia suficiente para generar cambios fisiológicos ni efectos adversos en la salud de las personas, por lo tanto no son dañinas y mucho menos generan un efecto amplificador en el virus que causa el COVID-19.
Por ello, es importante mantenernos informados al respecto y evitar esparcir cualquier tipo de desinformación por las redes sociales, ya que al ser estas de uso masivo, el mensaje puede desencadenar acciones que atenten contra la infraestructura de comunicaciones existente, afectando la conectividad y por tal, la ejecución correcta de tareass para quienes nos encontramos laborando y/o estudiando desde casa y en general de todo aquel que necesite contar con una buena conexión a internet.
Gracias por leer.